martes, 1 de marzo de 2011

Charito: dale, contame lo que te está pasando ahora

Ponerse en el lugar del otro. No juzgar, no prejuzgar. Poder mirar el contexto, abrir los ojos, la cabeza y, por qué no, el corazón. Saber que las historias de los otros nos modifican, porque SOMOS el otro. Esas fueron algunas de las consignas de la especialista Charito Calvachi-Mateyko durante el inicio del curso de Periodismo y Justicia Juvenil Restaurativa, quien incitó a los periodistas a cuestionar permanentemente lo que están viendo, para poder contar más allá. Desaprender de las fórmulas enseñadas para poder contar lo que no se ve, lo que no está en la superficie. "Lo que no decimos no existe. Y eso que no nombramos, perpetua la violencia", dijo la especialista en JJR. Las nuevas preguntas deberían estar orientadas a saber cuál es la historia de los que fueron víctimas y victimarios, cómo llegaron a ese momento, qué necesidades tenían, quién (el Estado?) debería haber cubierto esas necesidades.
  El trabajo de Calvachi-Mateyko logró conmover y movilizar al grupo: les pidió a los periodistas presentes que contaran las coberturas más difíciles que les tocó vivir; casos en los que sabían que el acusado lo era injustamente, situaciones en las cuales sintieron impotencia y dolor por no poder hacer "nada más" que escribir un artículo, casos en los que la tragedia -niñas violadas, menores quemados en la cárcel ante la desidia de los guardias, adolescentes muertos por el gatillo fácil policial-, borraba el límite entre los sentimientos propios y la "objetividad" con la que supuestamente se debe ejercer la profesión.  "Nosotros perpetuamos este sistema al no cuestionarlo. Si suficientes de nosotros y de nuestros lectores tuvieran otra mirada de cómo lidiar con la violencia, sería diferente".
Calvachi cerró con otro concepto digno de ser tenido en cuenta:"El crimen es una herida que necesita sanación. Las historias transformativas que ustedes cuenten también venderán diarios. La sociedad no se cura con que le demos talleres para que encuentre trabajo o elimine la ira. Hay que dar profundidad y una visión restaurativa", dijo Calvachi, quien al final sorprendió al grupo entonando una canción de Piero que Mercedes Sosa hizo muy conocida: dale, contame, decime, todo lo que a vos te está pasando ahora; porque sino cuando está tu alma sola, llora....
Para Silvia Carrillo, del Diario Hoy, y Jessie Ampié, de El Nuevo Diario, ambas de Nicaragua, la charla con  Charito "se pasó de bueno". "Me hizo ver que se puede contar otra cosa. Muchas veces pensé en escribir la historia de la víctima, pero creía que a mi jefe no le iba a interesar", dijo Silvia, para quien, finalmente "uno siente que no puede cambiar el mundo, pero sí que puede ayudar".

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